folclore

los palitrocs

Las teorías acerca de su origen son variadas, teniendo predominancia las que defienden que estas danzas deben emparentarse con ritos paganos, siendo en esta cuestión de la procedencia u origen donde las teorías se enfrentan con mayor fuerza: la idea más generalizada solía dar a estas danzas un carácter guerrero; su origen sería la derivación de las danzas de espadas, de origen megalítico y significado medicinal o curativo, según M. Schneider.

También existen proposiciones que les atribuyen cualidades propiciatorias y de fertilidad, emparentándolas de este modo con ritos agrarios ancestrales. En este sentido se pronuncia Josep Crivillé en la que recuerda cómo los palos o pequeños bastones fueron los primeros instrumentos del hombre para realizar sus tareas de agricultura en las sociedades preagrarias. Esto puede verse refrendado en muchos de los pasajes de estos bailes, cuando los propios danzantes se inclinan hacia la tierra y clavan el palo en ella recordando esta actividad agraria de la siembra por medio de un bastón. 

La música corre a cargo de las gaitas, aunque no siempre ha sido así. Los palitrocs se han danzado al ritmo del violín, del saxofón y de la banda de Benabarre; y, finalmente, de un grupo de dulzaineros y gaiteros de boto. Con ellos se realizan los bailes de la cardelina, el arrastrat, el cruce, el rápido y el cuadro.